jueves, febrero 28, 2008

Nuevas alfabetizaciones, nuevas prácticas de enseñanza: la elección de materiales didácticos

Uno de los mayores desafíos que encontramos los docentes a la hora de pensar en nuestras prácticas y en los modos de transformarlas según la “velocidad de las cosas” se vincula con la elección de los materiales didácticos. ¿Qué es un material didáctico? ¿Cómo elegirlo? ¿Qué criterios de evaluación podemos utilizar? ¿Cómo influye el grupo de estudiantes, el contexto, la conformación de la realidad escolar en la que estemos inmersos para esta elección? ¿Todos los materiales didácticos son útiles en todos los contextos y con todos los grupos? ¿Cómo pensamos las nuevas formas de aprender en función de nuevas formas de enseñar? Estos son solo algunos de los interrogantes que pueden surgir… ¿Respuestas? No es posible pensar en afirmaciones taxativas. Intentaremos, sí, en este artículo, pensar juntos algunas aproximaciones a estos temas, relacionándolos con un modelo concreto: el CD 17 de la Colección Educ.ar.

Este CD se encuadra en el marco de la Campaña de Alfabetización Digital del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. En este sentido, se ha desarrollado la Colección educ.ar: una colección de CD con contenidos digitales e interactivos, que son entregados en forma gratuita, por correo postal, a todos los docentes de la Argentina que los solicitan, y que también pueden consultarse on line, a través del portal educ.ar, portal educativo del Estado Argentino.

1. ¿De qué hablamos cuando hablamos de materiales didácticos?
Una primera cuestión que debemos tener en cuenta es desde qué posición teórica nos ubicamos; en rigor, cuál es la noción de la que partimos para pensar en los recursos o materiales que empleamos en nuestras prácticas.
Así, pues, comenzaremos por acordar ciertos conceptos. Los materiales educativos pueden ser definidos, siguiendo a Mariana Landau, como aquellos textos en diferentes soportes que se utilizan en las prácticas de enseñanza con el fin de posibilitar la ampliación de la información, la incorporación de nuevas actividades o la innovación en la forma de presentar un tema para despertar el interés y la motivación de los estudiantes.
Ahora bien, los materiales educativos habitualmente son denominados también "recursos". Si bien resulta difícil difuminar las fronteras entre estas dos nociones, es posible sostener que la principal diferencia entre uno y otro términos radica en el procesamiento didáctico de sus contenidos. A saber: en el caso de los materiales didácticos, además de los aspectos educativos, se les suma un componente instrumental que facilita (tanto al docente como al estudiante) la aproximación a los contenidos. En otras palabras, en el caso de los materiales didácticos se pretende transmitir una información, un contenido, de modo tal que este sea comprendido, realizando las transposiciones y mediaciones necesarias para lograrlo (procesamiento y objetivos pedagógicos).

2. Los materiales didácticos en el escenario de las nuevas alfabetizaciones
Pensar en la tarea de educar hoy implica reflexionar sobre las nuevas realidades en las que estamos inmersos y, en consecuencia, implica interrogarnos sobre las nuevas formas de aprender. Enseñar y aprender en la "era de la información" son procesos que suponen una reflexión sobre la incorporación en nuestras prácticas de nuevos modelos semióticos, de nuevas formas de transmitir la información y, por ende, de nuevas aproximaciones a las modalidades de pensamiento.
En este escenario, entonces, es innegable la necesidad de integrar nuevas propuestas, formatos y lenguajes tanto en relación con la elaboración de materiales didácticos, como con la evaluación de los materiales disponibles para tales fines.
Estas nuevas propuestas se entroncan, por tanto, con los cambios que están “desvaneciendo” (en términos de Lipovetsky) la era de la comunicación de masas y construyendo, a través de nuevas formas de acceso a la producción y recepción, nuevos mensajes que circulan por medio de nuevos modos en la esfera pública. Uno de los cambios sustanciales, en este sentido, es el del pasaje del dominio de la escritura hacia la lógica de la imagen. Aquí cabe aclarar que esto no significa un reemplazo ni un desplazamiento; antes bien, se trata de pensar en nuevos modos de producir mensajes, recibirlos y decodificarlos. Sandra Szir sostiene que “comprender las funciones de las imágenes en determinados contextos también puede ser una posibilidad de lectura”. Claro está que se trata de un tipo de “lectura” diferente, con códigos que es necesario comprender y aprehender. En este contexto, Krees sostiene que “los modos de la escritura y de la imagen están gobernados, cada uno, por lógicas distintas y tienen permisibilidades características diferentes (...). La organización de la imagen está gobernada por la lógica del espacio y por la lógica de la simultaneidad de sus elementos visuales/representativos en disposiciones organizadas espacialmente." Es decir, el pasaje desde "una teoría que solo da cuenta del lenguaje hacia una teoría que pueda dar cuenta de la gestualidad, el habla, las imágenes, la escritura, los objetos tridimensionales, colores, música, entre otros modos de expresión" (Kress, citado por Williamson).

En este punto, es posible incluir la noción de materiales multimodales, que "son aquellos que pueden estar construidos a partir de discursos orales, musicales o de otro tipo; a partir de secuencias icónicas fijas (fotografías o dibujos) o móviles (secuencias de imágenes, diagramas o videograbaciones)." Este tipo de materiales brinda la posibilidad de acceder a diferentes propuestas desde un lugar diferente al tradicional. Pero es importante destacar que no se trata solamente de la inclusión de "imágenes en un texto". La noción de materiales multimodales conlleva una perspectiva más amplia y compleja que requiere la articulación de diferentes modos semióticos.

3. Estudio de caso: "Propuestas innovadoras para el aula"
Presentado el marco teórico que sustenta nuestra "lectura", iniciemos el recorrido por el CD 17 de la Colección de Educ.ar, Propuestas innovadoras para el aula". Tal como se plantea en la introducción, se trata de "una invitación a incorporar las tecnologías de la información y la comunicación en la enseñanza." El CD reúne módulos teóricos acerca de la influencia de las tecnologías en la producción de conocimiento y 100 propuestas para el aula diseñadas por docentes de todo el país














Para aproximarnos a una mirada crítica de esta propuesta, tomaremos el modelo de análisis prpuesto por Gutiérrez Marín, quien aborda diferentes dimensiones que deben tenerse en cuenta a la hora de pensar en los materiales (o aplicaciones) multimedia.

Dimensión técnica
Se refiere a las cuestiones relativas a la programación de los materiales. En el caso concreto del CD 17, tal como planteamos en la presentación, el material puede ser recorrido on line o a través de un CD, hecho que facilita el acceso en aquellos casos en los que no sea posible (o presente dificultades) el acceso a Internet.
El material ofrece, además, un Mapa del CD; se trata de un índice detallado, elaborado a partir de hipervínculos que facilitan el recorrido permitiendo opciones de búsqueda y recorridos "a medida" según las necesidades e intereses de los docentes.
La presentación resulta "amigable", pues los instructivos son claros y simples.

Dimensión estética
Esta segunda dimensión apuntada por Gutiérrez Marín resulta importante, en tanto y en cuanto el autor la asocia con la motivación. Se vincula, en este sentido, no solo con los aspectos formales del mensaje, aunque los incluye.
Así, tanto el tipo de letra, su tamaño y disposición de los textos son adecuados.
Sin embargo, considero que, en esta dimensión, hay una falencia importante en la presentación del CD. En casi todos los módulos, predomina (por no decir impera) la escritura frente a la presencia de otras posibles textualidades. Esta ausencia de otros discursos (orales, visuales, icónicos) va en detrimento de la dimensión estética y claramente en contra de la motivación.
Frente a esto, un aspecto que puede resultar destacable es la adecuada "densidad de la información". En el apartado de materiales teóricos, cada "página" condice con las nuevas formas de lectura; nuevas formas que apelan al fragmento, a la lógica de lectura hipertextual.

Dimensión interactiva
En este CD la interacción es unidireccional: la intervención de los usuarios es mínima y su cantidad de opciones queda limitada a los saltos de pantalla, a la elección de la información que proporciona el sistema. Es decir, el papel del docente es el de receptor. No obstante, las actividades -en muchos casos- proponen una interactividad mayor. Por ejemplo, se sugieren actividades como Webquest, que suponen un involucramiento por parte de los estudiantes.
Resulta claro que la interactividad no está planteada en el CD sino a través de las propuestas que se presentan. Hubiera sido interesante que se hubiera articulado de algún modo la posibilidad de una mayor interacción como muestra de las aplicaciones de las "propuestas innovadoras para el aula".

Dimensión didáctica
En esta dimensión, podemos deslindar dos aspectos. Por un lado, tal como presentamos en el diseño, las instrucciones y las guías son claras. Esto constituye una clara ayuda para el abordaje del material.
No obstante, hay un segundo aspecto -más importante, según mi criterio- que dificulta el trabajo con este material. Detengámonos en el caso de la propuesta para el área de Literatura

En el marco teórico, se realiza un recorte muy puntual: se concentran los aspectos trabajados (casi todos) en la ciencia ficción, estableciendo una clara y directa relación entre este género y los avances que nos conducen al mundo de las TIC's. Sin embargo, en las propuestas de trabajo con los alumnos nada hay en relación con esta temática. Desde una perspectiva didáctica, la desarticulación entre ambos planos es clara. Así, por ejemplo, volviendo a la propuesta sobre la Webquest, nada se dice acerca de cómo hacerla, qué es o cuáles son sus posibilidades. Directamente se plantea este ejercicio como una "innovación en el aula", presuponiendo saberes previos por parte de los docentes.
Por otro lado, como las 100 propuestas devienen de un concurso, Par@ Educ.ar, no presentan un criterio de selección acorde con los marcos teóricos estipulados. Tampoco se organizan en función de objetivos concretos asociados con niveles formativos (primario, secundario, por ejemplo). Esta adecuación corre por cuenta del docente que elija trabajar con estas propuestas.

Dimensión ideológica
Es sabido que, tal como sostiene Gutiérrez Marín, "detrás de cada selección y de cada enfoque hay una determinada concepción del aprendizaje y una ideología". La ideología "tiñe" todas nuestras selecciones, elecciones y recortes...
Si hacemos un recorrido por los marcos teóricos que se articulan en cada una de las materias seleccionadas para trabajar en este CD, podemos ver que el recorte ha sido el mismo: cómo se produce la influencia de las TIC's en cada una de las disciplinas. Sin embargo, se trata -como en todo corpus- de una mirada parcial y, en algunos casos, difícil de poner en práctica en el aula aun con mediaciones pedagógicas (ver Lengua).

Perspectivas
Ahora bien, más allá de las críticas y objeciones que podamos hacerles a los materiales presentados por el portal Educ.ar, es preciso destacar su intento como herramienta de apoyo en la tarea docente. En muchas ocasiones, estos materiales son un disparador para pensar en nuevas alternativas y posibilidades. Debemos tener presentes los nuevos desafíos de la docencia hoy: desentrañar las diversas textualidades que caracterizan las nuevas formas de recepción, para proyectarlas y pensarlas en relación con la elaboración o selección y evaluación de aquellos materiales didácticos que den cuenta no solo de los aspectos motivacionales del aprendizaje sino también de las nuevas formas de producción y apropiación del conocimiento.
En todos los casos, no obstante, lo más importante es concebir la inclusión de las TIC's en el aula como un entramado del diseño de la planificación de nuestras clases, teniendo en cuenta siempre qué, a quién, para qué y cómo queremos llevar adelante los procesos de enseñanza-aprendizaje...

Bibliografía
GUTIÉRREZ MARÍN, A. (2003). Evaluación de la comunicación en las aplicaciones multimedia educativas, en
LIPOVETSKY, Gilles (1995). La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo. Barcelona: Anagrama.
VACA URIBE, Jorge (y otros). Textos en papel vs. textos electrónicos: ¿Nuevas lecturas?, en http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/132/13211306.pdf
van LEEUWEN, T. y G. KRESS (2001) Multimodal discourse: the modes and media of contemporary communication. London: Hodder Arnold.
WILLIAMSON, Rodney. ¿A qué le llamamos discurso en una perspectiva multimodal? Los desafíos de una nueva semiótica. Ponencia presentada en el Congreso del ALED 6, Santiago, CHile, septiembre de 2005.


sábado, febrero 23, 2008

Decir con imágenes, mostrar con palabras



“Todos los textos son multimodales”. Esta afirmación, de Gunther Kress y Theo van Leeuwen (1998) es un disparador para pensar en las implicancias que tienen las formas del pensamiento visual de las diferentes épocas en los nuevos conceptos de alfabetización que emergen de estas relaciones.


Con Alicia Entel podemos hacer un recorrido diacrónico a través de diferentes hitos en la historia del pensamiento visual. Más allá de que su derrotero se inicia en el Renacimiento, me interesa detenerme en la Edad Media y en una manifestación medieval en particular: Las Danzas de la Muerte. Originadas en el momento de transición hacia el Renacimiento, tienen desde sus comienzos una fuerte condición: la simbiosis entre la palabra y la imagen. Los investigadores discuten cuál fue su origen, discuten la inclusión en uno u otro género... Sin embargo, lo interesante es que en casi todas sus formas, las Danzas macabras constituyen un texto con imágenes o imágenes con texto. Muestran, además, con su fuerte impronta iconográfica un cambio de ideología no solo en la concepción filosófica de la muerte, sino en su representación icónica. En este segundo sentido, a partir de entonces, se comienza a representar (y es seguida por una larga tradición pictórica) a la Muerte como un esqueleto. Antes, los esqueletos simbolizaban a la sombra del muerto o a su fantasta, no a la Muerte misma, en persona. Es vastísima a la iconografía que puede referirse en este sentido; pero podemos mencionar, por ejemplo, a Holbein, en un período cercano a los orígenes de estas danzas

y, ya en el siglo XX, desde el cine a la obra de Igmar Bergman, "El Séptimo Sello", interesante versión cinematográfica de las danzas, que ilustra claramente (visualmente) la fuerte impronta de este tema en la época:





Ahora bien, este es claramente un ejemplo extremo. Sin embargo, me interesa reflexionar a partir de aquí en las posibilidades que tenemos para entrar a la literatura, a la historia, a través de la conjunción de imágenes y palabras. No solamente las palabras nos hablan de una cultura. Las imágenes y las formas de "leer" estas imágenes nos permiten reconstruir saberes y creencias.

¿Qué sucede con nuestra época? Mi pregunta -recurrente a esta altura- se vincula con las nuevas alfabetizaciones necesarias para poder "leer" hoy. Paulo Freire sostiene: "Alfabetizar es formar sujetos con capacidad crítica y autonomía para utilizar de forma inteligente y democrática los instrumentos de la cultura". En este sentido, alfabetizar hoy implica recorrer un camino de lectura diferente, un camino en el que podamos "decir con imágenes, mostrar con palabras", un camino en el que abramos las capacidades como lectores y productores de contenidos no lineales, sino hipertextuales, no solamente escritos sino multimodales.